jueves, 23 de septiembre de 2010

Fuerte rechazo empresario al proyecto de Ganancias que impulsa la CGT

22/09/10 - 18:32 - Clarin

El Grupo de los Siete, que nuclea a las principales cámaras del país, afirmó que "choca contra los principios constitucionales de derecho a la propiedad". La iniciativa propone el reparto entre los empleados del 10% de las ganancias netas anuales.

Los empresarios nucleados en el Grupo de los 7 rechazaron esta tarde "categóricamente" el proyecto de ley de participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas, impulsado por el diputado cegetista Héctor Recalde, al asegurar que "choca contra el principio constitucional de derecho a la propiedad".

En un comunicado, las entidades del G7 dicen que "rechazan categóricamente los proyectos en cuestión, máxime cuando se comprueba que avanzan hacia un poder de interferencia sindical que choca contra los principios constitucionales de derecho de propiedad y de ejercicio de toda industria lícita".

Los dirigentes empresarios compartieron un almuerzo en la sede de la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA), donde fueron recibidos por el titular del Macro, Jorge Brito.

Estuvieron por la Cámara Argentina de Comercio (CAC), Carlos de la Vega; Construcción (CAC), Carlos Wagner; Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati; Bolsa de Comercio, Adelmo Gabbi y la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez.

La agenda empresarial estuvo dominada por el proyecto de Héctor Recalde, que prevé el reparto del 10 por ciento de las ganancias de las empresas entre los trabajadores.

Para el G7 tal iniciativa despierta "gran preocupación" porque a su criterio es proyectada "sin consenso empresarial, en un tiempo en que el país necesita un muy fuerte aumento de la inversión que genere más empleo y desarrollo".

Los empresarios sostienen que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) "dispone la consulta tripartita previa" entre el Gobierno, los sindicatos, y los empleadores) ante proyectos de esa medida y argumentan que "es un compromiso de rango constitucional asumido por Argentina".

Al respecto, consideraron que el proyecto de Recalde, que cuenta con respaldo del Gobierno, como otros que se presentaron en el mismo sentido otorga a los sindicatos "facultades de fiscalización y de información ajenas a su cometido muy superiores a la de los propios accionistas".

"Hubo unanimidad de opiniones afirmando que esta situación se agrava aún más en un contexto en el cual la imposibilidad de ajuste de los balances por inflación genera una fuerte distorsión en el resultado de los mismos", agrega la nota.

En cambio, aseguran que las entidades "siempre impulsaron la negociación colectiva como la práctica idónea para resolver positivamente las cuestiones que involucran a trabajadores y empleadores".

En tal sentido, el G7 afirma que debido a las negociaciones paritarias los trabajadores del sector formal de la economía lograron incrementos de sueldos "bien superiores a la inflación real" lo que posiciona a los salarios argentinos medidos en dólares "muy por encima de los de la región y de muchos de los países con los cuales compiten nuestros productos".

viernes, 17 de septiembre de 2010

Sarkozy mete a Alemania en la polémica por gitanos


17 de septiembre de 2010, 12:00 PM

Por Paul Carrell

BERLIN (Reuters) - La polémica en la Unión Europea por la repatriación de gitanos por parte de Francia aumentó el viernes, enfrentando a Nicolas Sarkozy con la canciller Angela Merkel, que tuvo que negar la declaración del presidente francés acerca de que Berlín también piensa desmantelar los campamentos de romaníes.

La disputa, que ensombreció la reunión del Consejo Europeo del jueves, inflamó las ya tensas relaciones entre los dirigentes de los dos mayores países de la UE, cuyos diferentes estilos suelen causar fricciones, aunque ambos son de partidos conservadores.

Sarkozy dijo el jueves en Bruselas que tenía el respaldo de Merkel en su polémica abierta con la Comisión Europea, que ha acusado a París de violar la ley comunitaria al enviar a inmigrantes gitanos de vuelta a Rumanía y Bulgaria, una de sus comisarias lo comparó con el comportamiento de la Alemania nazi.

"La señora Merkel me indicó su deseo de proceder con la evacuación de campamentos en las próximas semanas", dijo Sarkozy a los periodistas al término de la cumbre.

Alemania negó que Merkel hubiera dicho eso, y varios responsables insistieron en desmentir las declaraciones de Sarkozy, al tiempo que trataban de evitar cualquier daño a la relación francoalemana, fundamental para la UE.

"La cuestión de los romaníes aquí en Alemania no desempeñó ningún papel en las conversaciones entre la canciller y el presidente francés", dijo el portavoz de Merkel en un comunicado francés preparado en Berlín.

"Para las relaciones francoalemanas, otros proyectos de futuro fueron mucho más importantes, mucho más interesantes, en la cumbre, por ejemplo, la preparación de las cumbres del G-8 y el G-20 que presidirá Francia el año que viene", añadió.

La cuestión de los gitanos es muy delicada en Alemania, y aumentó cuando el martes la comisaria de Justicia Viviane Reding dijo - en referencia a la persecución nazi de este pueblo durante la Segunda Guerra Mundial - que temía el regreso de la persecución étnica y el pasado oscuro de Europa.

Alemania también emitió un comunicado diciendo que Merkel no habló ni durante la cumbre europea ni con Sarkozy de "supuestos campamentos romaníes en Alemania", pero que Berlín apoya a París "con respecto a la forma y el tono" de las críticas francesas a Reding. En Alemania no hay este tipo de campamentos, añadió el portavoz gubernamental.

El año pasado, Alemania empezó devolviendo a algunos refugiados kosovares, entre los que había algunos gitanos. A finales de julio de este año habían sido expulsados unos 900, de los cuales menos de 200 eran gitanos, dijo el Ministerio del Interior.

Kosovo no pertenece a la UE, a diferencia de Rumanía y Bulgaria.

Francia aceleró la expulsión de inmigrantes gitanos durante el verano, reuniendo a las familias que vivían en campamentos ilegales y ofreciéndoles un incentivo financiero para abandonar el país como parte de una iniciativa de Sarkozy para reforzar la seguridad.

Este año se han realizado más de 8.000 expulsiones.

El ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, dijo que pensaba que había habido una confusión entre Sarkozy y Merkel, mientras que el ministro francés de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, aseguró que no hay problemas en las relaciones entre los dos muchos países.

(Por Paul Carrel y Yann Le Guernigou; Traducido por Redacción de Madrid; Editado por Juana Casas)

sábado, 11 de septiembre de 2010

El señor del Caribe

El mosquito mortal, protagonista de la historia de América latina

Mario Vargas Llosa
Para LA NACION

Sábado 11 de setiembre de 2010 | Publicado en edición impresa

EL abuelo Pedro viajó mucho en su juventud por la cordillera y las selvas del Perú y Bolivia, y oírlo contar las aventuras y desventuras que vivió en sus recorridos, en la casona familiar de la calle cochabambina de Ladislao Cabrera, era tan entretenido como leer las novelas de Salgari, Miguel Zévaco o Julio Verne. Mis primas y yo lo escuchábamos extasiados. En uno de sus viajes, a orillas del Urubamba, se encontró con la expedición que dirigía Hiram Bingham y que poco después redescubriría el santuario-fortaleza de Machu Picchu, hasta entonces sólo conocido por los campesinos de la región. Pernoctó con los expedicionarios y recordaba muy bien la madrugada que se despidieron, "ese gringo larguirucho hacia la fama y yo hacia las tercianas".

El abuelo Pedro llamaba "tercianas" a las fiebres palúdicas o malaria, que por entonces infestaban toda América latina, pues, aunque ya se usaba la quinina para combatirla, no existía, ni existe todavía, una vacuna que sirviera para frenar eficazmente los estragos que causa la picadura del siniestro anófeles. La curación era larga y elemental: poner a sudar al enfermo envolviéndolo en mantas como una momia y haciéndole tragar infusiones ardientes para bajarle las altísimas fiebres que lo hacían delirar y temblar como atacado por el mal de San Vito. Muchos sucumbían a las fiebres o al tratamiento. Pero, peor todavía que la malaria era la fiebre amarilla, transmitida por otro mosquito, hembra en este caso, peste para la que simplemente no había curación posible: sus víctimas adquirían un color verdoso amarillento y se iban escurriendo hasta perecer sacudidas por el vómito negro. Las historias del abuelo Pedro hicieron que yo contrajera precozmente un odio visceral contra los mosquitos y zancudos, que estos me han devuelto con creces, sobre todo en mis viajes por la Amazonía, de los que he salido siempre rascándome, devorado por las picaduras.

Me ha hecho recordar las historias del abuelo Pedro que encandilaron mi infancia un artículo de Gabriel Paquette, que acabo de leer en el Times Literary Supplement del 30 de julio pasado. Reseña un libro recién aparecido en Inglaterra, Mosquito Empires , cuyo autor, J. R. McNeill, es un historiador empeñado en dar a la ecología y el medio ambiente un protagonismo en la historia de la que tradicionalmente han sido excluidos y que, según él, en buena parte han modelado y orientado con tanto vigor como los seres humanos, y a veces más. El subtítulo del libro, "Ecología y guerra en el Gran Caribe", indica que su investigación se centra en este territorio. Abarca unos trescientos años, desde la llegada de los europeos a la región hasta la Primera Guerra Mundial. El héroe de la historia es el maldito mosquito, tanto el que propaga la malaria como la hembra que inocula la fiebre amarilla, y, si el profesor McNeill ha acertado en sus investigaciones, esta pareja ha hecho más para fraguar la historia de esa encrucijada de culturas, razas, lenguas y tradiciones que es el Caribe, que todos los indígenas, conquistadores, piratas, misioneros, contrabandistas, negreros e inmigrantes instalados en esas islas, costas y selvas bañadas por ese mar esmeralda e iluminadas por esos cielos color lapislázuli.

El Caribe que aparece en el libro de J. R. McNeill, según Gabriel Paquette, no es el paraíso turístico de las playas de arenas doradas y los cócteles de recio ron y palmeritas de plástico, sino un mundo al que, en los barcos de esclavos procedentes del Africa, llegan en algún momento las hembras del Aedes aegypti y se domicilian felizmente en las selvas desarboladas y convertidas por los colonos en haciendas cañeras. Al parecer, esta deforestación y erosión del suelo creó unas condiciones muy propicias para la supervivencia y reproducción de mosquitos y virus. Su alimento estaba garantizado con la gran abundancia de material humano, en especial los braceros de las plantaciones, los soldados de las guarniciones y los marineros de los barcos militares, cargueros y piratas.

Tanto Francia como Inglaterra hicieron múltiples intentos para erradicar del Caribe al imperio español, enviando expediciones militares e instalando colonias de inmigrantes en las islas y cabeceras de playa que conquistaron. Según McNeill, la razón primordial de que todos estos esfuerzos fracasaran no fue la resistencia que opusieron los soldados del rey de España, sino la labor silenciosa y corrosiva de los inesperados aliados volantes con que contaron -el anófeles y la Aedes aegypti - cuyos picotazos diezmaron y a veces desaparecieron a los invasores. Por lo visto, quienes ya estaban instalados allí y sobrevivieron a las plagas, habían adquirido inmunidad, a diferencia de los recién llegados, cuyos organismos eran pasto veloz de las fiebres mortíferas.

Algunas de las cifras que cita Paquette producen vértigo. A fines del siglo XVII, Inglaterra logró instalar en las selvas del Darién, en una zona que es hoy la frontera entre Colombia y Panamá, una colonia de escoceses que fue íntegramente exterminada por los microbios. En lo que es ahora la Guyana Francesa, entre 1764 y 1765 desaparecieron en el curso de sólo un año once mil de los doce mil europeos que el gobierno francés había instalado en Korou, víctimas de la malaria, la fiebre amarilla y otras enfermedades tropicales. Una de las expediciones militares lanzadas por Gran Bretaña contra España en el Caribe fue la dirigida por el almirante Vernon en 1741, cuyas fuerzas militares pusieron sitio a las ciudades de Cartagena (Colombia) y Santiago (Cuba). Los mosquitos liquidaron a 22.000 de los 29.000 sitiadores en pocos meses, en tanto que sólo un millar de los soldados británicos murieron combatiendo.

En 1762, el conde de Albemarle consiguió cercar con su ejército a la ciudad de La Habana. Esta parecía condenada a caer en poder de los británicos. Pero los sitiados consiguieron resistir hasta la llegada de la estación de las lluvias, con sus nubes de mosquitos, que en poco tiempo dieron cuenta de unos diez mil sitiadores. En los combates militares, en cambio, apenas 700 soldados ingleses murieron. Estas cifras indican de manera inequívoca que el mosquito venenoso fue el verdadero conquistador de América y también factor decisivo de que prevalecieran su emancipación e independencia, pues, según McNeill, de los 16.000 soldados que Fernando VII envió a América en afanes de reconquista, el 90 por ciento perecieron por las enfermedades tropicales ante las que sus organismos forasteros eran absolutamente indefensos.

Una de las mortandades más terribles de las guerras caribeñas ocurrió entre las fuerzas francesas y británicas que trataron de reconquistar Haití, luego de que esta colonia se emancipara en medio de las guerras de la Revolución Francesa. Aunque en este caso los cálculos estadísticos parecen más inciertos que en los ejemplos anteriores, el profesor McNeill cree posible asegurar que unas tres cuartas partes de los cincuenta mil muertos que hubo entre aquellos expedicionarios antes de 1800 no murieron de bala ni espada, sino entre los delirios de las fiebres y temblores de la malaria y los vómitos incontenibles de la fiebre amarilla.

Gabriel Paquette relata, como colofón de su reseña, que los estragos de aquellos bichos homicidas continuaron prácticamente hasta comienzos del siglo XX. Sólo en 1900 una comisión médica del ejército estadounidense que ocupaba Cuba estableció una relación de causa-efecto entre el mosquito y la fiebre amarilla. Los medios científicos se mostraron al principio escépticos y The Washington Post , incluso, editorializó en contra de "esa estúpida y absurda chacota". Sin embargo, el gobierno de Washington se dejó convencer y emprendió una campaña de erradicación de mosquitos en tierra cubana. Dos años más tarde, la fiebre amarilla había desaparecido junto con sus alados transmisores. Pero sólo treinta años más tarde se pudo elaborar la vacuna que lograría reducir drásticamente en todo el mundo aquel virus que, según J. R. McNeill, ha causado más sufrimiento y atrocidades que la codicia y los fanatismos que llevan a los hombres a entre matarse desde el principio de los tiempos.

Habrá que escribir de nuevo las historias, pues. Aunque la responsabilidad moral de todos los grandes acontecimientos de la historia humana incumbe únicamente a los bípedos que ordenaron y libraron las guerras, las conquistas, los genocidios, las inquisiciones, etcétera, no hay duda de que los hombres no pudieron nunca, ni en el pasado ni el presente, tener el control absoluto de las secuelas de las aventuras a que empujaron a la humanidad ni estuvieron en condiciones de hacer frente a los imprevistos que surgían en el camino y les imprimían casi siempre una orientación distinta de la prevista y, a veces, las desnaturalizaron hasta convertirlas exactamente en las antípodas de lo que se esperaba que fueran. Nadie hubiera imaginado antes de ahora -en nuestros tiempos de preocupación por la ecología y el medio ambiente- que el invisible mosquito zumbón hubiera podido ser, entre los siglos diecisiete y veinte, el verdadero hacedor de la historia del Caribe.

© LA NACION

jueves, 9 de septiembre de 2010

Florida Pastor Says Koran Burning Still On

September 8, 2010, 4:30 pm By ROBERT MACKEY AND DAMIEN CAVE

Updated | 6:31 p.m. Terry Jones, the pastor of a tiny Florida church that has garnered worldwide attention for its plan to burn more than 200 copies of the Koran, told reporters on Wednesday that, “as of this time, we have no intention of canceling.” He added, “we are not convinced that backing down is the right thing, so on Sept. 11 we will continue with our planned event.”

As The Lede explained earlier today, there has been widespread opposition to the church’s plans from American officials, including the American commander in Afghanistan, Gen. David Petraeus, who warned, “It could endanger troops and it could endanger the overall effort in Afghanistan. … It is precisely the kind of action the Taliban uses and could cause significant problems. Not just here, but everywhere in the world we are engaged with the Islamic community.”

Speaking to television crews assembled on the church’s lawn in Gainesville, Fla., Mr. Jones said, “we understand the general’s concerns and we are still considering” what he said. The pastor, who has been highly successful at using the media to spread his message, then attacked the news media for what he said was a failure to accurately report what he called “quite a bit of support” for the book-burning event, even within the American military.

By way of example, Mr. Jones cited a phone call he said he had received on Tuesday from a former American solider who claimed that “the people that are on the field, the Special Forces … are 100 percent behind us.”

While he was speaking to supporters, Mr. Jones refused to take calls or return messages from one of evangelical Christianity’s most revered figures: Franklin Graham.

Mr. Graham — the son of evangelist Billy Graham — called Mr. Jones twice on Wednesday in an effort to stop the Koran bonfire from happening, said a spokesperson for Graham’s ministry, but in both cases, he only reached a secretary who said Mr. Jones was not available.

“It’s never right to deface or destroy sacred texts or writings of other religions even if you don’t agree with them,” Mr. Graham said in a statement. “And while as an American Mr. Jones has the freedom and right to do it, it doesn’t make it right.”

Mr. Graham’s behind-the-scenes effort was seen by some Christians who oppose Mr. Jones as the last, best hope of getting him to give up his bonfire idea because Mr. Graham is well-known for his own strong criticism of Islam. He came under fire in 2002 for saying that the Koran “teaches violence,” and more recently, he has argued that President Obama’s “problem is that he was born a Muslim; his father was a Muslim; the seed of Islam is passed through the father. ” (The president’s paternal grandfather converted to Islam in Kenya decades before Mr. Obama’s birth in Hawaii to non-observant parents.)

At least two other prominent commentators with a record of denouncing Islam or the Koran — Pamela Geller and Robert Spencer — have also called for Mr. Jones to call off his “International Burn a Koran Day” demonstration.

In his televised statement on Wednesday, Mr. Jones argued that the book burning was justified by a never-before reported atrocity an unnamed former soldier claimed to have witnessed during the war in Bosnia, in which “radical Muslims” had massacred Christians in a burning hospital in front of American troops, who were not allowed to intervene.

Mr. Jones spoke of the event as if it were well known, but it is not, and may not have occurred. While there were massacres carried out by Serb, Croat and Muslim forces in Bosnia’s war, a search of the Bosnian War Crimes Atlas compiled by the Research and Documentation Center in Sarajevo turns up no record of any atrocity like the one he says the soldier described to him.

To a reporter who worked in Bosnia during that war, the story Mr. Jones told on Wednesday sounds very like the kind of fictional tales of wartime atrocities against Christians that were cited by Bosnian Serbs and Croats at the time to justify the well-documented massacres of Muslims that did take place — like the murder of thousands of Muslim men and boys buried in mass graves around Srebrenica in 1995.

Postwar research concluded that about 65 percent of the documented victims of the war were Bosnian Muslims, many of whom were from secular families that often included Serb or Croat members.

It should also be noted that American soldiers arrived in Bosnia as peacekeepers only after the end of the conflict there.

On Wednesday, the German magazine Der Spiegel published allegations against Mr. Jones from former congregants at the church in Cologne, Germany, he led until 2008. Spiegel reported:

A “climate of fear and control” had previously prevailed in the congregation, says one former member of the church who does not want to be named. Instead of free expression, “blind obedience” was demanded, he says.

Various witnesses gave Spiegel Online consistent accounts of the Jones’ behavior. The pastor and his wife apparently regarded themselves as having been appointed by God, meaning opposition was a crime against the Lord. Terry and Sylvia Jones allegedly used these methods to ask for money in an increasingly insistent manner, as well as making members of the congregation carry out work.

Andrew Schäfer, a Protestant Church official responsible for monitoring sects in the region where Cologne is located, confirmed the accounts. “Terry Jones is a fundamentalist,” he told Spiegel Online.

Both major churches in Germany have “sect commissioners” who monitor the activities of religious groups, sects and cults. Although they are obviously not totally impartial, the officials’ findings are usually considered to be trustworthy.

Former church members are still undergoing therapy as a result of “spiritual abuse,” Schäfer said. According to Schäfer, Jones urged church members to beat their children with a rod and also taught “a distinctive demonology” and conducted brainwashing.

“Terry Jones appears to have a delusional personality,” speculates Schäfer. When he came to Germany in the 1980s, Jones apparently considered Cologne “a city of Hell that was founded by Nero’s mother.”

Number of illegal immigrants in US now declining

WASHINGTON – The number of illegal immigrants living in the U.S. has dropped for the first time in two decades — decreasing by 8 percent as the sour economy dried up jobs and increased enforcement made it harder to sneak across the border with Mexico, a new study finds.

Much of the decline comes from a sharp drop-off in illegal immigrants from the Caribbean, Central America and South America attempting to cross the southern border of the U.S., according to the Pew Hispanic Center, which based its report on an analysis of 2009 census data.

The findings come amid bitter debate over Arizona's strict new immigration law, which was passed earlier this year but is on hold for now as it is challenged in federal court. The Obama administration contends the state law usurps federal authority and promotes racial profiling, while Arizona leaders say states are justified to step in if federal enforcement falls substantially short.

The study released Wednesday estimates that 11.1 million illegal immigrants lived in the U.S. in 2009. That represents a decrease of roughly 1 million, or 8 percent, from a peak of 12 million in 2007.

The study puts the number of illegal immigrants down to about where it was in 2005. They still make up roughly 4 percent of the U.S. population.

The Homeland Security Department's own estimate of illegal immigrants is slightly lower, at 10.8 million. The government uses a different census survey that makes some year-to-year comparisons difficult.

An increase in unauthorized immigrants leaving the U.S., by deportation or for economic reasons, may have played a factor in the falling number.

In recent years, U.S. Immigration and Customs Enforcement has deported an increasing number of illegal immigrants, reaching a high last year of more than 389,000 people, according to government figures.

States in the Southeast and Southwest saw some of the biggest declines in the number of illegal immigrants from 2008 to 2009, including Florida, Nevada and Virginia. Arizona saw a decrease, but it was too small to be statistically significant.

It's hard to figure out how much of the decline to attribute to the bad economy and how much to federal immigration enforcement, said Jeffrey Passel, a senior demographer at Pew who co-wrote the analysis.

"They're certainly acting together," he said. Passel said illegal immigrants now find it more expensive and dangerous to cross into the U.S. and also have less incentive to do given the languishing job market in construction and other low-wage industries.

"While people are arguing the government is not stopping illegal immigration, our data suggests the flow of undocumented immigrants sneaking into the country has dropped dramatically," Passel said.

The estimates by Pew will add to the political back-and-forth on immigration reform.

President Barack Obama, who is challenging the Arizona law, has pledged to push an overhaul of federal immigration law but has declined to set a timeline.

After the passage of Arizona's immigration law, more than a dozen states were considering similar legislation or have issued legal opinions aimed at strengthening immigration enforcement. They include Florida, Virginia, South Carolina and Utah.

Boosted by immigration and high numbers of births among Latinos, minorities now make up roughly half the children born in the U.S., part of a historic trend in which they are projected to become the majority of Americans by mid-century. Roughly one in four counties currently have more minority children than white children or are nearing that point.

Still, the Census Bureau has made clear that projected minority growth — particularly among Hispanics — could change substantially depending on immigration policies and the economy.

Other Pew findings:

• The states with the highest percentage of illegal immigrants were California (6.9 percent), Nevada (6.8 percent), Texas (6.5 percent) and Arizona (5.8 percent). The numbers are expected to play an important factor in whether those states lose or gain fewer U.S. House seats than expected after the 2010 census.

_Illegal immigrants make up about 28 percent of the foreign-born population in the U.S., down from 31 percent in 2007.

_The unemployment rate for illegal immigrants in March 2009 was 10.4 percent — higher than that of U.S.-born workers or legal immigrants, who had unemployment of 9.2 percent and 9.1 percent, respectively.

The Pew analysis is based on census data through March 2009. Because the Census Bureau does not ask people about their immigration status, the estimate on illegal immigrants is derived largely by subtracting the estimated legal immigrant population from the total foreign-born population. It is a method that has been used by the government and Pew for many years and is generally accepted.

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Online:

Pew Hispanic Center: http://pewhispanic.org/