viernes, 20 de julio de 2012

clarin - MUNDO


EGIPTO

El Parlamento egipcio desafía a los militares y a la Justicia

Sesionó ayer, pese a que el ejército lo había disuelto. La mayoría del Congreso es afín al nuevo presidente, Mohamed Morsi.

EL CAIRO. ANSA, AFP, AP Y DPA - 11/07/12
En esta extendida pulseada por el poder que mantienen el gobierno de Egipto y la Junta Militar, el Parlamento, afín al presidente Mohamed Morsi, sesionó ayer en abierto desafío a una resolución previa de la Corte Suprema que mantenía la disolución de la Cámara Baja, ejecutada hace un mes mediante un decreto del Ejército, días antes de la elección presidencial. Por si faltara tensión, horas después de esa reunión de diputados en el recinto, el Tribunal Constitucional suspendió la medida por la cual Morsi había restablecido la legitimidad del Congreso.
“Los invito a reunirse en cumplimiento del decreto del Presidente”, declaró el titular de la Cámara, Saad al Katatni, ante los parlamentarios, al abrir la sesión con un discurso emitido en directo por la televisión estatal, según informó la agencia de noticias Europa Press .
La sesión fue breve, no duró más de 15 minutos pero desafió la imposición del Ejército y pidió al Tribunal de Casación que analice los aspectos constitucionales de la disolución del Parlamento y resuelva si tiene más peso jurídico el decreto de la Junta Militar que el de un presidente democrático.
Los Hermanos Musulmanes, movimiento que llevó al poder a Morsi, convocó ayer a manifestarse en la histórica plaza Tahrir en la marcha del “millón de hombres”, para apoyar la decisión del nuevo presidente de reabrir el Parlamento, informó el diario Al Ahram .
El secretario general del movimiento islámico, Mahmoud Hussein, explicó que el objetivo de la movilización no es sólo apoyar a Morsi sino acompañar “su decisión de atender las demandas populares y de recuperar el Parlamento, uno de los logros de la revolución”.
Un par de días antes del balotaje (que se realizó los días 16 y 17 de junio) el Ejército cuestionó la elección de un tercio de los diputados del nuevo Parlamento y por esa razón decidió su clausura. El Congreso se había formado durante la transición entre la caída del ex presidente Hosni Mubarak y los comicios generales, a finales de mayo de este año. Fue un proceso largo que duró varios meses y que terminó con un rotundo triunfo para los Hermanos Musulmanes , que consiguieron cerca del 45% de los votos, seguidos por los salafistas con el 25%.
Morsi había mantenido discursos y acciones tenues, ante la firmeza del Ejército. Cambió el lugar donde se hizo su ceremonia de asunción, porque la Junta Militar no aceptaba que se realizara en el edificio del Parlamento y finalmente se hizo cargo del gobierno en el edificio del Tribunal Constitucional. Su política no había sido de confrontación hasta ahora.
Esta decisión de avanzar sobre los decretos militares y tensar la cuerda se produjo luego de reunirse con el vicesecretario de Estado de Estados Unidos , William Burns, quien le transmitió que era “fundamental que esté en funcionamiento un Parlamento democráticamente elegido”. También le entregó a Morsi una carta del presidente Barack Obama en la que lo invita a visitar EE.UU. durante la sesión anual de la Asamblea General de la ONU, en septiembre.
Los apoyos internacionales que cosecha Morsi le otorgan un mayor respaldo en el momento de decidir avanzar sobre prerrogativas adquiridas por el Ejército, un sector que mantiene innumerables negocios, calculados en un tercio del Producto Bruto Interno de Egipto.

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