La última victoria del mítico general Giap: el héroe de Vietnam cumplió 100 años
26/08/11 El comunista luchó y fue protagonista de la liberación de su país de dos imperios: Francia y EE.UU.
La de ayer fue su última gran victoria: dejar de cumplir una edad de dos cifras para empezar a cumplir una de tres. El general vietnamita Vo Nguyen Giap, estratega guerrillero comunista, jefe de un ejército popular y artífice de la liberación de su país de las manos de dos imperios coloniales, Francia y EE.UU., cumplió ayer 100 años en un hospital de Hanoi, la mítica capital de lo que alguna vez fue Vietnam del Norte.
En su pecho, esquelético y frágil, casi no tuvieron cabida las medallas ganadas en unos campos de batalla tal vez ya olvidados en la memoria nebulosa de ese anciano que no nació para cumplir cien años, sino para morir joven en los fragores de una guerra que duró casi medio siglo y que lo tuvo como protagonista. Giap fue elprimer oficial del Ejército Popular de Vietnam que llegó a general . Y el más longevo.
Nació en Loc Thuy, una aldea perdida en el centro norte de Vietnam que hoy tiene 150 mil habitantes y en 1911 era habitada por un centenar de campesinos entre los que se distinguían los padres de Giap: sabían leer y escribir. Giap empezó a los 19 a pelear por la independencia de su país, proclamada en el siglo X pero nunca ejercida: en esos años, Vietnam se llamaba Indochina y estaba bajo dominio francés .
Los franceses arrestaron a Giap en 1930 y lo condenaron a varios años de cárcel, de la que salió sin embargo dos años después. En 1933 ingresó en la Universidad de Hanoi donde fue discípulo de Truong Chinh, un ideólogo marxista que lo acercó al Partido Comunista y que tuvo una influencia decisiva en el pensamiento y acción futuros de Giap, que fue expulsado de la universidad por agitador. Terminó sus estudios de abogado en 1937. Se casó al año siguiente con una militante comunista tailandesa, Dang Tai Luang y, en esos dos años escribió junto a Chinh La cuestión campesina , un libro que describía el rol del “campesinado vietnamita, junto al resto del proletariado, en la lucha revolucionaria”. Marxismo puro.
En 1940, con la Segunda Guerra Mundial en pleno desarrollo, Japón ocupó el Vietnam dominado por Francia a quien respetó todos sus derechos: de alguna manera, el Japón aliado a Hitler y la Francia pro nazi del gobierno de Vichy eran aliados. Giap debió huir a China para no seguir el sendero de muerte de su desdichada familia : los franceses condenaron a cadena perpetua a su mujer, que murió en prisión por las torturas; detuvieron a su cuñada, a quien guillotinaron, y asesinaron a su hijo recién nacido.
En China, Giap conoció a Ho Chi Minh, con quien formaría una alianza político-militar que duraría tres décadas, y estudió las tesis sobre guerra prolongada y de guerrillas de Mao Tsé Tung. En 1941, el dúo Giap-Ho Chi Minh fundó la “Liga Vietnamita para la Independencia”, con la que se opusieron al dominio japonés a través de una guerra de guerrillas. Cuatro años después, con el Japón derrotado y en retirada, con más de diez mil milicianos adiestrados y adoctrinados y el liderazgo político de Ho Chi Minh, las fuerzas de Giap llegaron a Hanoi y proclamaron, otra vez, la independencia vietnamita.
No sirvió de nada . Francia todavía era la potencia dominante. La guerra por la liberación de Vietnam volvió a empezar en 1946 y duró casi una década; la guerrilla de Giap, que ya tenía nombre propio, Viet Minh, contaba con el apoyo de la China de Mao. Recién en 1954 los franceses debieron abandonar Indochina. Fue tras una batalla que pasó a la historia por su nombre, Dien Bien Phu, por los 55 días de asedio que soportó hasta que pudo la guarnición francesa y porque Giap fue el estratega del primer gran triunfo del Viet Minh . La paz se firmó en Ginebra. Francia dejó un Vietnam devastado, partido por una zona desmilitarizada que, en teoría, dividía al país en dos: uno al norte, con Hanoi como capital y otro al sur, capital: Saigón. Giap fue nombrado ministro de Defensa del Norte, que inició una revolución comunista, transformó al Viet Minh en las Fuerzas Armadas de la República Democrática de Vietnam y se alió con China, Norcorea y la URSS para hacerse de armas y adiestramiento. El de Vietnam del Norte fue uno de los primeros ejércitos del mundo experto en lucha guerrillera . No en combatirla, sino en hacerla.
Giap fue también el artífice de la guerra que empezó después de firmada la paz. Vietnam del Sur, en manos de un gobierno títere y al amparo de EE.UU., se lanzó a la batalla para “liberar a Vietnam del Norte del comunismo”. Giap afirmó más de una vez: “No hay dos Vietnam. El Norte lucha por reunificar el país”. Así se consumieron los siguientes cuatro lustros de guerra. Los 30 mil “asesores” norteamericanos que actuaban en Vietnam a fines de los 50, se convirtieron en tropas de combate en marzo de 1965 y fueron la punta de lanza de las casi 60 mil bajas que EE.UU. sufrió hasta la retirada de Saigón, en 1975. Giap también fue el estratega de gran parte de esos años de guerra, exitoso en la montaña y la jungla, derrotado en los escenarios urbanos, siempre hábil para convertir los derrotas militares en éxitos políticos.
Uno de ellos, la llamada Ofensiva del Tet, en enero de 1968, impulsó la toma de 15 de las ciudades más importantes de Vietnam del Sur, incluida Saigón. Fue un desastre para el Norte que perdió a miles de hombres en calles y rutas del Sur. Pero a partir de esos combates, filmados y transmitidos a casi todo el mundo por la prensa, cambió la visión que el mundo tenía de la guerra de Vietnam.
Cuatro presidentes de EE.UU. lidiaron con Giap: Dwight Eisenhower, John Kennedy, Lyndon Johnson y Richard Nixon, que fue quien negoció la derrota bajo un lema inventado por su experto en seguridad primero y Secretario de Estado después, Henry Kissinger: “Paz con honor”. O sea, una retirada no humillante.
Para entonces, la estrella militar de Giap estaba apagada. Lo había sucedido su delfín, el general Van Tien Dung. Los últimos años de su vida Giap los pasó apartado del poder.
Ayer, parte de tanta pólvora, tanta sangre, tanta vida truncada y tanta gloria, debe haber revivido en la austera celebración de los cien años del viejo general. Giap no puede decir, como afirman los teóricos, que en la guerra la sangre ahorra tiempo y el tiempo ahorra sangre.
La suya fue una guerra larga y sangrienta. Es el único sobreviviente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario