LIMA (AP) — Las autoridades peruanas dijeron que pasan apuros para mantener a alejados a los extraños de un clan de indígenas amazónicos que vivían aislados y que comenzaron a aparecer el año pasado en los bancos de un río popular para ecoturismo.
El comportamiento del pequeño grupo de indígenas mashco-piro ha dejado perplejos a los científicos, quienes dicen que podría estar relacionado con la invasión de la región sur por parte de taladores y por aviones de las operaciones cercanas de gas natural y petróleo.
Los miembros del clan han sido responsabilizados de dos ataques con arco y flecha contra personas cerca de la ribera en el estado de Madre de Dios, donde las autoridades dicen que los indígenas fueron vistos por primera vez en mayo.
Un guardia forestal resultó gravemente herido en octubre. Al mes siguiente, un indígena matsiguenka llamado Nicolás "Shaco" Flores fue herido de muerte. Flores mantenía una vieja relación con los mashco-piros.
El grupo activista Survival International difundió fotografías el martes en las que muestran a miembros de la tribu en la ribera, y describió las imágenes como "las imágenes capturadas con cámara más detalladas de indígenas con los que no se ha tenido contacto".
El grupo, fincado en Gran Bretaña, suministró las fotos exactamente un año después de difundir las fotografías aéreas de otra tribu aislada de Brasil, una de cerca de 100 que afirma existen en el mundo.
Una de las fotos de los mashco-piro fue tomada por un observador de aves en agosto, dijo Survival International. Las otras dos fueron tomadas por el arqueólogo español Diego Cortijo el 16 de noviembre, seis días antes de que Flores fuera muerto.
Cortijo, miembro de la Sociedad Geográfica Española, visitó a Flores mientras estaba en una expedición en busca de petroglifos y dijo que los miembros de la tribu se presentaron al otro lado del río de donde se encontraba la casa de Flores y lo llamaron por su nombre.
Flores pudo comunicarse con los mashco-piro porque hablaba dos dialectos parecidos, dijo Cortijo, quien añadió que Flores había suministrado previamente machetes y ollas a los indígenas.
Se calcula que la población de mashco-piros abarca cientos de indígenes y habita el Parque Nacional del Manú, limítrofe con Diamante, una comunidad de más de 200 personas donde Flores vivía.
Aunque se desconoce qué provocó que los mashco-piros salieran de la relativa seguridad de su hogar en la selva, Beatriz Huerta, una antropóloga que trabaja con la agencia INDEPA de Perú para asuntos indígenas, conjeturó que su hábitat está cada vez menos aislado.
La región superior de Madre de Dios, donde vive la tribu, ha sido afectada por taladores, dijo. "Están sacando madera muy cerca".
Además, dijo Huerta, naturalistas locales y funcionarios del parque del Manú le dijeron durante una visita reciente que un aumento en el tránsito aéreo relacionado con la exploración petrolera en la región está afectando de manera adversa las tierras donde cazan los nativos, y obliga a que las tribus nómadas aumenten su ritmo de migración.
Se piensa que el clan que se apareció en el río tiene unos 60 miembros, entre ellos unos 25 adultos, dijo Carlos Soria, un profesor de la Universidad Católica de Lima que dirigió la agencia de protección de parques SERNANP el año pasado.
"Parece que querían llamar un poco la atención. Es un poco extraño porque sé de otras ocasiones que han atacado a gente", indicó Cortijo por teléfono desde España.
Cortijo dice que el grupo se quedó en el área por unos pocos minutos, al parecer para ver si pasaba un bote y ellos podían pedir algunas herramientas, algo que las autoridades dicen han hecho previamente.
"El sitio donde fueron vistos es un área de tránsito pesado" de carga y turismo, así que el potencial de más encuentros violentos sigue siendo alto, dijo Soria.
El problema se agrava por el choque de culturas. Los mashco-piro tienen su propio código social, que Soria dice incluye la práctica de secuestrar a mujeres y niños de otras tribus.
Indicó que los mashco-piro son una de aproximadamente 15 tribus aisladas en Perú, que se estima tienen en total entre 12.000 y 15.000 miembros y viven en junglas al este de los Andes.
"La situación es sumamente delicada", dijo la antropóloga Huerta.
"Es muy claro que ellos no querían gente allí", declaró Huerta sobre el área en la que el clan había estado merodeando, e hizo notar que el grupo había saqueado un puesto de guardabosques que las autoridades retiraron más tarde.
Uno de los probables temores del clan es ser diezmado por enfermedades traídas por extraños, como ha ocurrido con otras tribus aisladas, dice Huerta.
Pero es un misterio por qué han aparecido en un área tan transitada.
Luego de que fueron vistos por primera vez y después que turistas dejasen ropa para los mashco-piro, las autoridades del estado emitieron en agosto una directriz prohibiendo que embarcaciones desembarquen en el área.
En respuesta a la muerte de Flores, las autoridades enviaron un equipo a Diamante para explicar a los habitantes que estaría mal tomar represalias. Entre los residentes en Diamante está la tribu matsiguenka, un grupo rival, lo que complica el asunto.
Las autoridades dicen que no están seguras de por qué fue asesinado Flores. Podría ser que los mashco-piro se enojaron porque no les dio más machetes y cacerolas. O que consideraron que la zona de cultivos donde murió estaba demasiado cerca de lo que consideran sus territorios.
Cortijo, el arqueólogo español, dijo que la muerte de Flores hace muy difícil un entendimiento con los mashco-piro.
"El problema es que Shaco era la única persona que podía hablar con ellos para saber que era lo que estaba pasando", dice. "Ahora que ha muerto es imposible hacer ningún contacto".
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