viernes, 17 de febrero de 2012

Barrios vacíos, testimonio del desplome inmobiliario en España


En esta foto del 9 de febrero …
En esta foto del 9 de febrero del 2012, se ve una señal de cruce de peatones en una calle desierta en Seseña, en la provincia de Toledo, cerca de Madrid. Bloques de apartamentos, con albercas y patios de recreo, flanquean calles vacías, lotes llenos de hierba y fosos. El fenomenal desplome inmobiliario en España ha tornado lo que se suponía fuese un paraíso suburbano para parejas jóvenes y sus hijos en desiertos monumentos de la crisis económica. (Foto AP/Paul White)


SESEÑA, España (AP) — Bloques de apartamentos, con albercas y patios de recreo, flanquean calles vacías, lotes llenos de hierba y fosos. El único banco en este vasto complejo conocido como "Manhattan" cerró hace dos años y casi todos los negocios están tapiados.

Montones de apartamentos están a la venta y los precios siguen desplomándose.

Más de 13.000 apartamentos iban a ser construidos aquí para crear una miniciudad para 30.000 personas apenas a 45 minutos de Madrid. Pero solamente 5.100 fueron construidos, muchos están inhabitables y los que los compraron como inversiones están tratando ahora de deshacerse de ellos con grandes pérdidas.

El fenomenal desplome inmobiliario en España ha tornado lo que se suponía fuese un paraíso suburbano para parejas jóvenes y sus hijos en verdaderos desiertos, monumentos de la crisis económica. Esos pueblos fantasmas se han vuelto una presencia familiar en el paisaje español, estructuras abandonadas a una lenta destrucción.

El número de ejecuciones de hipotecas se disparó durante la crisis. Casi 530.000 fueron aprobadas por las cortes desde el 2008 hasta septiembre del 2011, la mayoría de ellas a bancos que tomaron casas, complejos de apartamentos y grandes secciones de tierras para proyectos inmobiliarios residenciales y comerciales que podrían no materializarse nunca.

Los bancos recibieron instrucciones este mes del nuevo gobierno de centro derecha de asignar miles de millones de euros adicionales para cubrir esos bienes inmobiliarios valorados en 175.000 millones de euros (230.000 millones de dólares) en momentos en que España está al borde de lo que pudiera ser una larga recesión.

Expertos dicen que las nuevas estipulaciones del gobierno casi ciertamente harán que los bancos vendan esos bienes a precios sumamente bajos, haciendo caer el valor de las propiedades mucho más que el 22% que ya han caído desde que la crisis financiera estalló en Europa en el 2008.

En Seseña y otros barrios fantasmas en España, algunos bancos ya están tratando de vender apartamentos a descuentos de hasta 50% del precio original. Pero eso está perjudicando a numerosos españoles que invirtieron sus ahorros y tomaron grandes préstamos para comprar propiedades que pensaron iban a poder vender más adelante por mas dinero o alquilar.

Las ciudades satélites que nunca llegaron a tener poblaciones no son el único problema. Alrededor de Madrid y en todo el país existen vastas subdivisiones creadas en tierras cultivables, con calles pavimentadas y alumbrado público, pero solamente hay matorrales donde se suponía que estuviesen las viviendas. Edificios a medio construir quedan en suburbios ricos y pobres.

Con un desempleo del 23% — el nivel más alto en la eurozona — hay muy pocos compradores y los jóvenes españoles tienen cada vez más problemas para encontrar trabajo. Solamente en diciembre, las ventas estuvieron 25,3% debajo en comparación con el mismo mes del 2010, dijo el gobierno.

"Ése es el problema: ¿Quién va a comprar esas casas?", dijo José Luis Álvarez Arce, jefe del departamento de economía en la Universidad de Navarra.

Podrían pasar años antes de que los bancos se estabilicen y alivien el creciente problema de crédito que afecta a individuos y negocios, algunos de los cuales jamás contrajeron la fiebre inmobiliaria que hizo que muchos ciudadanos compraran bienes raíces como alternativa a cuentas de ahorros, fondos de inversiones y planes de pensiones.

El auge y desplome ha sido tan profundo que el impacto está cambiando la mentalidad española sobre los bienes raíces, dijo Fernando Encinar, jefe de investigaciones en el portal más popular de bienes raíces en España, Idealista.com.

Los jóvenes españoles, dice, por primera vez no creen lo que sus padres han dicho durante décadas de que es mejor comprar que alquilar y que deben tratar los bienes raíces como una inversión que no va a fallar.

"Estamos viendo a personas que deben vender con pérdidas que jamás habrían aceptado en el pasado", dijo Encinar. "Y algunas de esas viviendas jamás van a venderse".

El ministerio de desarrollo estima que existen unas 687.000 viviendas nuevas sin venderse. Otros estudios colocan la cifra en 1,6 millones, en un país de 47 millones de habitantes, en el que 80% de la población ya reside en viviendas propias, una tasa mucho más alta que en Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos.

"El valor que los bancos ponen en las propiedades simplemente no es real", dijo Álvarez. "Y como resultado los bancos no tienen confianza entre sí, no se prestan dinero, y si los bancos no se prestan dinero no hay crédito para los españoles".

Juan Carlos Caballero compró su apartamento de tres dormitorios en Seseña, con un balcón que da a la alberca, por 185.000 euros (240.000 dólares) en el 2008, luego que su padre, jubilado, comprase el mismo tipo de apartamento a un precio preconstrucción.

Padre e hijo estaban convencidos de que los precios de las viviendas seguirían subiendo, como lo hicieron desde mediados de los 90. Ahora, están lastrados con viviendas en un complejo residencial que no tiene una farmacia ni buen transporte público hacia Madrid.

La única pizzería está abierta solamente tres noches por semana y los sábados por la tarde cuando hay suficientes comensales para justificar su operación, y el restaurante de pollo asado solamente abre los viernes por la noche y los sábados por la tarde.

La mayoría de los espacios comerciales están tapiados, con números telefónicos en la pared exterior, escritos por los dueños que ofrecen vender o alquilar los locales.

Caballero, un chofer desempleado de 33 años, alquiló su apartamento por 750 euros mensuales (980 dólares) hace dos años, y ahora está pidiendo apenas 500 euros (650 dólares). Apartamentos similares están siendo ofrecidos por 490 dólares mensuales, pero él pide un poco más porque el suyo está en condiciones inmaculadas, con muebles y electrodomésticos flamantes.

Su padre, Jesús, está vendiendo su apartamento por 108.000 euros (140.000 dólares), lo que significa que está perdiendo decenas de miles de euros en un esfuerzo por conseguir efectivo para su retiro ahora que ha cumplido 67 años. Pero los bancos que venden propiedad con hipotecas ejecutadas en Seseña tienen apartamentos más pequeños por 65.000 euros (85.000 dólares).

"Vender o alquilar en estos momentos es como ganarse la lotería", dice Caballero hijo, que vive con sus padres y se gasta 500 euros de su cheque mensual de 700 euros por desempleo para pagar su hipoteca y otros costos del apartamento.

Carlos Velázquez, el alcalde de Seseña, dijo que el fiasco tiene un lado positivo: los especuladores de bienes raíces no están comprando apartamentos en su pueblo.

Aquellos que compran "son personas que vienen a vivir aquí, pagan sus impuestos y quieren un lugar bueno para sus hijos".

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Harold Heckle contribuyó desde Madrid.

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