viernes, 1 de octubre de 2010

No habrá perdón ni olvido , dijo Correa tras el fracaso de la revuelta policial

La Nacion viernes 1 de octubre, 5:47 AM

QUITO.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se dirigió anoche a miles de sus partidarios en la Plaza de la Independencia de Quito tras ser liberado del hospital donde estaba recluido desde el mediodía de ayer mediante una operación llevada a cabo por militares en un enfrentamiento con policías sublevados, que dejó al menos un muerto y 50 heridos.

Correa saludó a sus simpatizantes que lo esperaban en la plaza de la independencia, frente a la sede del Ejecutivo, y aseguró que se trató de un día "de profunda tristeza".

"Es un día de profunda tristeza que jamás creí que iba a llegar en mi gobierno que sólo busca el buen vivir", señaló. "Hay muchos infiltrados de partidos políticos bien conocidos", sostuvo el presidente para explicar los motivos de la revuelta.

Agradeció a los ciudadanos que fueron a "rescatarle" al hospital y que, según dijo, fueron recibidos con "gas pimienta, gas lacrimógeno, con pedradas", supuestamente por policías sublevados.

Correa comentó que entre los sublevados había policías uniformados de tropa, pero también vestidos de paisano y agregó que también debieron haber estado opositores de partidos políticos.

"Muchas gracias a esos héroes que me acompañaron en esta jornada", dijo al mencionar entre ellos a sus guardias personales, ministros y asambleístas que lo acompañaron en el cuarto del hospital "dispuestos a dar la vida" por su presidente.

El gobernante aclaró que "jamás cedieron" ni aceptaron "negociar nada bajo presión" y señaló que no habrá impunidad.

También expresó su agradecimiento a los presidentes que lo llamaron a solidarizarse.

Indicó que en el Regimiento Quito, a donde acudió para dirigirse a los policías sublevados, sintió "como una puñalada en la espalda" al ver la situación pues, a su criterio, ningún Gobierno ha atendido tanto a la institución policial.

Más calmado, y portando la banda presidencia, Correa habló por la madrugada por cadena nacional de la televisión ecuatoriana para repetir: "No habrá perdón ni olvido". "Lo que ocurrió aquí fue una sublevación muy grave. No una sublevación por una recomposición salarial, fue una conspiración", insistió.

Además, sostuvo que "la policía nacional seguirá contando con nuestro apoyo", aunque remarcó que "todos los que participaron en esta irracionalidad que a creado tanto dolor y ha dejado al país tan mal ante el mundo, que abusaron de las armas que le dio al sociedad a la que pertenecen, tendrán su sanción correspondiente".

El operativo. En la zona del hospital en la que permanecía Correa, quien debió resguardarse tras ser agredido por uniformados en medio de la sublevación, las fuerzas militares fueron cercados por casi un centenar de policías motorizados antes de llegar al centro médico.

Portando banderas del movimiento oficialista Alianza País, los militantes de Correa fueron dispersados con gases lacrimógenos.

Tras casi 35 minutos de intercambio de disparos, los militares evacuaron a Correa en una camioneta que partió a toda velocidad en medio de fuerte resguardo militar.

Después del operativo Correa llegó al Palacio de Carondelet, en donde dirigió un discurso a una multitud de seguidores que se mantuvieron horas concentrados en el lugar y lo vitorearon cuando apareció en el balcón que da a la plaza.

Encierro. "De aquí salgo como presidente o salgo como cadáver. Me siento secuestrado, no me dejan salir", había advertido el mandatario desde el hospital.

El gobierno de Ecuador decretó esta tarde el estado de excepción (de sitio) en todo el territorio nacional por una semana y delegó en las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país. Mientras en las calles de varias ciudades del país se produjeron saqueos a supermercados, robos a bancos y diversos enfrentamientos.

"Señores, si quieren matar al presidente, aquí está: mátenme si les da la gana, mátenme si tienen valor, en vez de estar en la muchedumbre, cobardemente escondidos", dijo Correa este mediodía visiblemente exaltado desde el hospital.

Correa intentó dialogar con los policías que reclaman la eliminación de la ley de recortes al servicio público en las afueras del Regimiento, pero los manifestantes lo recibieron a los gritos. Entonces, el jefe de Estado ingresó en las instalaciones y desde una ventana se dirigió a los policías.

La rebelión policial no se calmó y sus miembros comenzaron a lanzar gases lacrimógenos que afectaron a Correa que portaba una máscara antigas, pero que debió ser hospitalizado y recibir oxígeno.

Disturbios. El canal público de Ecuador ECTV denunció en vivo ayer que policías y personas vestidas de civil entraron a sus instalaciones para tratar de cortar su señal y suspender la transmisión de los hechos en el país, sumido en un caos por una protesta de efectivos de seguridad."Ingresaron, rompieron vidrios y llegaron a los estudios", dijo una de las personas que se encontraba en el interior del canal que prefirió el anonimato. Altos mandos de la policía invitaron a los sublevados a deponer la medida. En tanto, esta ayer en la mañana se produjeron algunos saqueos y cierres de escuelas y oficinas se en varias ciudades. En Guayaquil, la segunda mayor ciudad del país, se confirmó el robo de un banco, dos estaciones de servicio y un mercado popular, aunque en la capital Quito no se reportaron oficialmente casos similares.

Repercusiones. El ex presidente de Ecuador Lucio Gutiérrez pidió disolver el Parlamento y llamar a elecciones presidenciales anticipadas como solución a la crisis. En declaraciones desde Brasilia, Gutiérrez, al que Correa vinculó con las protestas de ayer, dijo que "el único responsable" de esta crisis y del "caos" y la incertidumbre que a su juicio reinan en Ecuador es "el gobierno abusivo, corrupto, prepotente de Rafael Correa".

Tensión en Ecuador

Agencias: Reuters, AP, Ansa y AFP

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