23/10/10 - 09:26
Lo dio a conocer el sitio Wikileaks, que publicó casi 400 mil documentos secretos sobre la guerra en Irak. Es el 63% del total de víctimas fatales. Según los informes, las autoridades de EE.UU. se negaron a investigar cientos de denuncias de abusos, torturas y asesinatos.
Tal como lo había prometido, Wikileaks publicó 391.832 documentos secretos sobre la guerra de Irak, en desafío al Pentágono, que ha insistido en que esta clase de filtraciones pone en riesgo la vida de los soldados estadounidenses y de sus aliados.
Lo que podría considerarse como la mayor fuga de información secreta en la historia de Estados Unidos, comprende documentos que van desde principios de 2004 hasta el primero de enero de 2010.
Algunos de los datos que más sobresalen es que entre 2003 y 2009, la guerra en Irak provocó la muerte de 109.000 personas, el 63% de ellas, civiles.
Así mismo, la página de Wikileaks revela que las autoridades estadounidenses no investigaron cientos de informes que denunciaban abusos, torturas, violaciones y hasta asesinatos perpetrados por la Policía y el Ejército iraquí, aliados de las fuerzas internacionales que invadieron el país.
A diferencia del caso anterior en que WIKILEAKS divulgó unos 77.000 documentos sobre las guerras en Afganistán e Irak, esta vez el sitio publicó nombres. La fuerza de tareas informó al Comando Central de Estados Unidos cuáles son los nombres de iraquíes y otros que podrían causar riesgos de seguridad si se conocieran, dijeron funcionarios.
Aunque el Pentágono no ha confirmado la autenticidad de los documentos presentados por el sitio web, dispuso de más de un centenar de analistas de Estados Unidos para revisar el material. Claro esta que el gobierno estadounidense nunca ha desmentido los documentos filtrados por este sitio.
Wikileaks, el sitio de Internet dirigido por Julian Assange, describe tiroteos en retenes militares, contratistas que abren fuego contra iraquíes y abusos brutales contra prisioneros mediante agua hirviente, metales al rojo vivo, choques eléctricos y mangueras.
Un grupo que lleva el recuento de los muertos en la guerra señaló que los archivos documentan también 15.000 decesos que no se habían reportado.
Un detenido iraquí afirma que tuvo "los ojos vendados y fue golpeado con un cable por la policía iraquí dos noches consecutivas" cerca de Ramadi en 2008.
Otro cuenta su traslado a un cuartel general militar iraquí después de ser detenido en su domicilio el año pasado: "las manos atadas a la espalda, en posición forzada (...) y le golpearon las plantas de los pies con un objeto".
Los documentos se pueden consultar en la web de la organización http://warlogs.WIKILEAKS.org/. "Esto constituye el primer vistazo de verdad de la historia secreta de la guerra que el Gobierno norteamericano ha ocultado siempre", señala el sitio.
Cómo funciona Wikileaks
Las publicaciones de Wikileaks provocaron una verdadera conmoción. Sus datos se multiplican en prestigiosos medios como The New York Times (EE.UU.), The Guardian (Gran Bretaña) o Der Spiegel (Alemania).
La página, que no tiene publicidad ni recibe ayuda pública, logró incomodar para varios gobiernos. Entre los temas más urticantes que destapó fueron una lista completa de los integrantes de un partido político xenófobo en Reino Unido, el ataque indiscriminado del Ejército de EE.UU. contra un periodista de la agencia Reuters y, ahora, los papeles que revelan muertes de civiles y el doble juego de Pakistán en la lucha contra los talibanes.
Wikileaks (leaks, filtraciones) fue creada en 2006 por periodistas y activistas sociales. Funciona como una especie de contenido de informes. Los usuarios tienen la posibilidad de alojar anónimamente, mediante una conexión cifrada, textos, audios o videos confidenciales. El sitio se encarga luego de verificar la autenticidad de ese material y lo publica.
Uno de los responsables del sitio, Daniel Schmitt, contó a El País de España que hay cinco voluntarios a tiempo completo y entre 800 y 1000 colaboradores (técnicos, programadores, abogados y periodistas). Se mantiene con donaciones y entre los aportantes está el diario The Guardian.
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